Internacionalmente conocida como uno de los puntos turísticos más importantes y privilegiados del Pacífico Sur, Viña del Mar, en Chile, posee uno de los pedazos de costa más bonitos de ese país. Dueña de una excelente red de hoteles, la ciudad está caracterizada por ser un destino de lujo, de carácter exclusivo y de alto nivel.

Distante 122 km de Santiago y tan solo 5,5 km de Valparaíso, capital de la región homónima, Viña no es el sitio para quienes buscan un lugar demasiado cálido. En efecto, la temperatura puede llegar cerca a los 10ºC incluso en verano, y bajar aun más en invierno. Por tal motivo, es mejor visitarla de diciembre a febrero, cuando el termómetro marca temperaturas más altas, aunque por lo general no pasa de los 30ºC.

Entre los principales atractivos de Viña del Mar, dos hablan de su faceta aristocrática. Uno es el Palacio Rioja, un solar donde hoy funciona un museo de arte decorativo y que fue declarado Monumento Histórico Nacional. Otro que recibió la misma distinción es el Castillo Wulff, construido a principios del siglo pasado entre el balneario Caleta Abarca y la desembocadura del estero Marga Marga.

A su vez, el Muelle Vergara es uno de los lugares más encantadores de la ciudad. Construido en 1910, atrae a miles de turistas todos los años, especialmente en sus alrededores, por la magnífica vista que su presencia proporciona a los visitantes. Sin embargo, el paseo en sí se encuentra actualmente cerrado, a la espera de una urgente reforma.

Por otra parte, los amantes de la naturaleza seguramente querrán conocer el Jardín Botánico Nacional, que tiene 395 hectáreas en las que se conservan 779 especies de plantas, muchas de ellas amenazadas de extinción; y también el Reloj de Flores,  que se encuentra en las faldas del Cerro Castillo y es uno de los sitios más emblemáticos y hermosos de la ciudad.

En cuanto a playas, se puede destacar al balneario de Reñaca, de intensa vida nocturna y comercial, además de una gran infraestructura, tanto en lo que se refiere a hospedaje y restaurantes como en facilidades para el turista. Para los que buscan tranquilidad, la mejor opción es la Playa de Cochoa, muy cerca de allí, con su mar de aguas mansas y menos afluencia de gente.

De arena muy fina y muy cerca del centro, la Playa El Sol dispone incluso de una feria de artesanías, mientras la Playa Acapulco tiene atardeceres maravillosos y una gran infraestructura, siendo una de las más concurridas. Tal como sucede con Caleta Abarca, la más céntrica de las playas viñamarinas, aunque con un ambiente mucho más relajado.

Con vista a la costa, diferentes hoteles de 4 y de 5 estrellas son las mejores opciones para quien llega a pasar unos días en la ciudad, que además cuenta con un bonito casino inaugurado en 1930 y dos eventos de enorme importancia para toda la región: el Festival Internacional de Cine y el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Asimismo, en Año Nuevo se realiza en la ciudad un impresionante espectáculo de fuegos artificiales, en una de las celebraciones más fantásticas de todo el país.

Fotos: Daniel Aguilera Sánchez, Francisco Ramírez y clayaa (todas en Flickr)


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