Bolivia es un país de paisajes fascinantes y maravillosos, y uno de los mejores ejemplos de ello es la Laguna Verde, ubicada en el departamento de Potosí, en la frontera con Chile. Situada a 4.350 msnm, en las faldas del Volcán Licancabur, presenta una fuerte coloración esmeraldina que encanta y asombra al visitante, en medio de unos parajes más remotos y sobrecogedores del altiplano boliviano, que incluye también la igualmente hermosa Laguna Blanca.

La Laguna Verde, de agua salada, tiene esa coloración en razón de la alta cantidad de magnesio, carbonato de calcio, arsénico y plomo existente en sus aguas. Aun así, es posible ver a los flamencos desplazándose en grupo por allí, proporcionando un espectáculo de rara belleza, que atrae al menos unos 30.000 turistas al año a este lugar, perteneciente a la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa, el área protegida con mayor número de visitantes en todo el país.

El hermoso paisaje que se observa en la Laguna Verde, además de servir para la contemplación, se presta a increíbles fotos, que pueden ser aun más bonitas si se tiene la suerte de encontrar a los flamencos. A su vez, el Volcán Licancabur, cuya cima se encuentra a más de 6.000 m de altura, es también un punto de atracción notable, aunque requiere una excelente condición física del turista que quiera hacer el recorrido hasta su cumbre, que posee un lago del mismo nombre, ya en territorio chileno.

Unida por un estrecho a la Laguna Verde, está la Laguna Blanca, que tiene ese nombre gracias a la coloración blancuzca de sus aguas. Esto se debe a la alta concentración de diferentes minerales. Con 22 km de perímetro y a más de 4.000 msnm, también proporciona una maravillosa vista e igualmente es habitada por colonias de flamencos andinos, que se mueven con gracia de un lado a otro exhibiendo su colorido plumaje.

Tanto la Laguna Verde como la Laguna Blanca pueden ser visitadas mediante tours, cuyas operadoras atienden normalmente en ciudades como La Paz, Sucre y Potosí. El único medio para llegar al suroeste del altiplano boliviano, donde se encuentran dichas lagunas, es por vía terrestre. Debido al frío intenso de la región, que fácilmente puede llegar a los 20ºC negativos, es recomendable el uso de ropa apropiada, así como una condición física acorde con las exigencias de la caminata en este fascinante sitio de la geografía sudamericana.

Fotos: Laguna Verde, por Pedro Szekely; y Laguna Blanca, por Miguel Vieira (Flickr)


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