En el extremo sur del estado de Río de Janeiro, en el límite con São Paulo, se encuentra la pequeña y agradable ciudad de Paratí, un encantador sitio que conserva la arquitectura colonial frente al Oceáno Atlántico, con hermosas playas que la convierten en un destino único y singular de Brasil. En ciertas ocasiones, la marea suele invadir sus calles de manera rasa, pero lo suficiente para que este lugar sea comparado frecuentemente con Venecia.

Paratí, que también es llamada de Paraty, está ubicada a 241 km de la ciudad de Río de Janeiro, a 298 km de São Paulo y a tan solo 75 km de Ubatuba, en una porción de continente que posee uno de los segmentos de costa más lindos de Brasil. Algunas de sus principales playas son Jabaquara, Grande, Barra Grande, San Gonzalo y Paratí Mirim. En la Villa de Trindade (Trinidad), también se encuentran playas lindas y diversos atractivos.

La ciudad de Paratí es conocida principalmente por su centro histórico, con calles de piedra irregular que deben ser recurridas a pie, una vez que los automóviles están prohibidos de entrar a la mayor parte de este sector. En los días de hoy, las grandes casonas coloniales son utilizadas como posadas, museos, restaurantes e incluso tiendas de artesanías. Prácticamente toda la ciudad contiene atractivos turísticos, entre los cuales se puede mencionar al Oratorio de Santa Cruz de las Almas, el Mercado del Pescado y el muelle.

El conjunto de iglesias de Paratí es muy visitado por los turistas, debido a la belleza y riqueza arquitectónica. Se destacan la Iglesia de Santa Rita de Casia, considerada barroca y construida con piedra y cal; la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario y San Benedito, con decoración en estilo manierista; la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, que contiene un gallo en el alto de su única torre, que indica la dirección de los vientos; y la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de los Remedios, que dispone de una pinacoteca con obras de importantes artistas brasileños.

Muchas calles de Paratí son un atractivo en sí mismas, y en ese caso se recomienda pasear especialmente por algunas de ellas. Las calles del Fuego, Fresca y Doña Geralda están entre las más bonitas, mientras que la Calle de la Playa proporciona un gran espectáculo cuando, en ciertas noches de luna, es parcialmente inundada por el mar, en cuyas aguas se ve el reflejo de las antiguas casonas de la ciudad.

Entre los edificios que sobresalen en medio a la típica arquitectura de Paratí, hay que observar con especial atención el Sobrado de los Muñecos y Pasos de la Pasión, uno de los tantos sobrados coloniales existentes en la ciudad. También el Chafariz de la Pedrera, inaugurado en 1853, y la antigua Cárcel Pública. Asimismo, Paratí tiene una buena cantidad de fortificaciones, como el Fuerte Defensor Perpetuo y de la Punta Gruesa, y antiguos ingenios, como Murycana, Buena Vista y Buen Retiro, que dieron al pueblo la fama de productor de buenos aguardientes.

En Paratí y en las cercanías se encuentran también haciendas, donde se puede explorar las maravillas naturales de la región, que dispone de exuberante vegetación, con cataratas y ríos como el Perequê-Açu, el cual contiene típicas casas ubicadas en sus orillas. Otro paseo interesante es a las aldeas guaraníes asentadas en los alrededores de la ciudad, uno más de los tantos atractivos de este lugar fantástico del litoral de Brasil.

Foto: las dos primeras por Otávio Nogueira; y la última por Ventura B. (Flickr)


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