A tan solo 68 km de Río de Janeiro, en el estado de mismo nombre, en Brasil, se sitúa la ciudad de Petrópolis, que seduce a los visitantes sobre todo en invierno, cuando su arquitectura imperial y las agradables y frías temperaturas de la sierra la convierten en un más que atractivo destino turístico.

Petrópolis cuenta con una excelente infraestructura hotelera y gastronómica, lista para recibir a una gran cantidad de turistas, que se maravillan con el notable conjunto arquitectónico de la ciudad. Y es que era aquí que la antigua familia imperial (Brasil tuvo dos emperadores en el siglo XIX) pasaba largas temporadas, razón por la cual este es un sitio lleno de historia y donde es posible visualizar el esplendoroso pasado del lugar.

Las principales construcciones históricas de Petrópolis se encuentran en las avenidas Ipiranga y Koeler. Es en ellas que están la Casa de la Ipiranga (curiosamente conocida como Casa de los 7 Errores, por su asimetría) y la Iglesia Luterana (el templo más antiguo de la ciudad, de 1863), en el caso de la primera, y los palacios Río Negro (de lujoso frontis) y Sergio Fadel, así como la casa de la Princesa Isabel —responsable por la firma de la ley que libertó a los esclavos en 1888.

En los alrededores de las dos avenidas mencionadas, están también otras importantes construcciones. Una de ellas es la Catedral de San Pedro de Alcántara, de hermosas líneas góticas y una imponente torre de 70 metros. La Casa de Santos Dumont, que conserva objetos del ‘padre de la aviación’, el Palacio de Cristal, bellísimo y de estructura transparente, y el Palacio Quitandinha, absolutamente majestuoso y construido en 1944. El Palacio Amarillo, la Casa del Colono Alemán, el Museo de Cera de Petrópolis y sobre todo el magnífico Museo Imperial, símbolo de la ciudad, son otras alternativas de paseo.

Más allá de su riqueza cultura e histórica, Petrópolis también cuenta con excelentes opciones para disfrutar de la naturaleza y del ecoturismo. Parte del municipio alberga el Parque Nacional de la Sierra de los Órganos, donde se puede practicar el rapel y el canyoning, además del trekking, en sendas que llevan a la Piedra del Açu, a 2.200 msnm, o a la Catarata Véu de Noite (Velo de Noche, en español), una espléndida caída de agua de 42 metros de altura.

Foto: Hotel Palacio Quitandinha, por Daniel Sant’Anna Lisbôa (Wikipedia)


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