Vila Velha es la ciudad más antigua del Espíritu Santo y también una de las más bonitas de este fascinante estado de Brasil. Distante tan solo 10 km de la capital Vitoria y conectada a esta a través de bellísimos puentes, es un destino obligatorio para quienes visitan la región, presentando vistas panorámicas fantásticas, bellas construcciones del siglo XVI y 32 km de litoral.

Fundada el 23 de mayo de 1535, Vila Velha es un gran centro industrial y comercial, lo que queda evidente al pasear por ciertos lugares de la ciudad. Tal es el caso del Puerto de Vila Velha, que recibe embarcaciones de varios países, o de la Fábrica de Chocolates Garoto, que permite visitas guiadas y poseee una tiendita con dulces y souvenirs. Muy cerca de allí, está también el Polo de Moda Gloria, un excelente sitio para realizar compras, con más de 900 tiendas distribuidas en sus calles y galerías.

Por su parte, el Convento de Nuestra Señora de la Peña es posiblemente el punto turístico más famoso de la ciudad. Ubicado en el barrio más antiguo del municipio y construido en 1558 en el alto de un peñasco de 154 metros, es uno de los más bellos conventos del Brasil colonial. El acceso a este sitio es realizado en medio de una bonita vegetación, a través de un camino de piedras, que en su final proporciona como recompensa una lindísima vista de Vitoria, Vila Velha y los alrededores.

Justo al lado del convento, se encuentra el Sitio Histórico de Prainha, que abarca una gran cantidad de importantes construcciones. Entre ellas, se destacan la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario (1573), la más antigua del estado y la cuarta más antigua del país, el Fuerte San Francisco Xavier de Piratininga (también conocido como Fuerte San Francisco Xavier de la Barra), el Museo Homero Massena, el Museo Etnográfico (o Casa de la Memoria), el Obellisco a Vasco Fernandes Coutinho y el 38º Batallón de Infantería.

El paseo por Vila Velha reserva más sorpresas. En el monte donde queda el ya mencionado Convento de la Peña hay un vano natural que forma la Gruta del Fray Padre Palacios. No muy lejos de allí se erige el Farol de Santa Luzia, construido en 1870 y que tiene 12 metros de altura. A su vez, el Cerro del Moreno, con 274 metros de elevación, posee una linda vegetación y es ideal para sacar fotos, realizar escaladas o caminatas y saltar de ala delta desde su rampa. Además, dispone de una fuente de agua mineral y miradores naturales.

Otro sitio de notable interés en la ciudad es el Museo Ferroviario de Vila Velha, también conocido como Museo de la Vale, en alusión a la compañía Vale do Rio Doce (Valle del Río Dulce). Situado en una antigua estación perteneciente a la ferrovía Vitoria-Minas, el local ofrece una linda vista de la Bahía de Vitoria, especialmente en la puesta de sol. De arquitectura ecléctica, tiene atractivos como un tren a vapor, un centro de memorias, una maqueta ferroviaria y un panel que explica todo el proceso de extración y transporte del minerio.

También las playas hacen parte del fantástico itinerario que se puede realizar en Vila Velha, con menciones a la Playa de la Costa, la más frecuentada y con oleaje suave, y a la Playa de Itaparica, buscada por amantes del surf y que concentra muchos kioscos. A su vez, la Playa de las Garzas está compuesta por varias islas; mientras la Playa del Medio ofrece aguas rasas, al contrario de la Playa de Itapõa, con mar más inquieto. Más lejos, están el hermoso Balneario Punta de la Fruta, con sus restaurantes y lagunas de agua dulce, y el Balneario Barra do Jucú, antigua villa de pescadores visitada por aficionados del surf durante el día y por los bohemios en las noches.

Fotos: vista de Vila Velha, por Ismar Coelho; Convento de la Peña (2 imágenes) y 38º Batallón de Infantería, por Jorge Andrade; y vista desde el Museo Ferroviario, por Katler Dettmann (todas en Flickr)


Leave a Reply

Your email address will not be published.