El oriente boliviano, que comprende los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, tiene en la gastronomía uno de sus principales atractivos. Desde los ricos y tradicionales horneados, pasando por variados platos de exquisito sabor, hasta los jugos típicos del trópico, son muchas las delicias que el turista no debe dejar de conocer al visitar esta cálida región de Bolivia.

Los horneados son tal vez la mayor exquisitez de estas tierras, y nada mejor que probarlos por la tarde, acompañados de un café o de un refresco típico de la zona.  El cuñapé, que consiste en un pequeño pan de almidón con queso, bastante parecido al pan de queso de Brasil, tiene un sabor tan delicioso que es difícil comer solo uno. A su vez, el sabroso sonso está hecho de yuca molida con bastante queso y es servido en un palo y a la brasa.

Otro horneado muy tradicional es el masaco, que se prepara moliendo plátano (en el caso del masaco de plátano) o yuca (en el caso del masaco de yuca) con un tacú, y mezclándolos con charque o chicharrón de cerdo. Por otra parte, el tamal consiste en maíz envuelto en hoja de choclo al horno, mientras el pan de arroz es un pan al horno en base de arroz y queso, servido en hojas de plátano.

Entre los platos, se destaca el majadito, el más tradicional de los que se elaboran en el oriente boliviano, y que se trata de arroz con trocitos de charque y plátano frito; puede ser aguado o con arroz tostado. El delicioso keperí (un tipo de corte especial de la carne), el locro (caldo de gallina con plátano y arroz), el locro carretero (de charque) y la patasca (sopa de mote con cabeza de chancho, además de carne de segunda y colorante) son otros platos muy apreciados de la región.

Los pescados también son muy bien preparados en el oriente boliviano, con especial mención al pacú frito, servido con yuca y arroz tostado, el surubí, también frito y acompañado de guarniciones, y la piraña, igualmente frita en sartén. El pacumuto de res, con carne asada, arroz con queso y ensalada, se suma a la lista de delicias culinarias. Platos más exóticos, como los elaborados en base de carne de jochi pintao, taitetú, yacaré y venado también están disponibles en algunos lugares.

Para beber, se recomienda la chicha camba, el somó y el tujuré, todos ellos preparados con maíz; y también los refrescantes jugo de tamarindo y mocochinchi (de durazno con agua). Quienes prefieran algo con alcohol, pueden optar por buscar la ambrosía (disponible en el campo) y el sucumbé, típico de la noche de San Juan, ambos en base de leche y singani, con diferentes formas de elaboración.

La mayoría de las delicias mencionadas en este texto puede ser encontrada en Santa Cruz de la Sierra. En el caso de los horneados, los mejores lugares para degustarlos son las cabañas del Río Piraí y los cafés de la Calle Colón, en el centro de la ciudad. En cuanto a los platos tradicionales, restaurantes típicos como La Casa del Camba son la opción más certera, mientras los pescados pueden ser apreciados también en restaurantes especializados o en el mercado de la Calle Florida, en los límites del casco viejo cruceño.

Foto: La Casa del Camba, por José Fernandes Jr.


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