La crisis de la compañía aérea boliviana AeroSur ha alcanzado su punto más crítico este mes, con muchos vuelos suspendidos, pasajeros varados en aeropuertos nacionales e internacionales, como Guarulhos (São Paulo) y Barajas (Madrid), juicio por evasión de impuestos y una inminente quiebra de la aerolínea, que cubre rutas de Bolivia hacia otros destinos de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.

Aunque solo este año se ven los efectos de la aguda crisis por la cual atraviesa la compañía, esta tuvo su inicio en 2010, cuando el expresidente de la empresa, Humberto Roca, empezó a ser investigado por el Gobierno por enriquecimiento ilícito. Al mismo tiempo, el ingreso de la estatal Boliviana de Aviación (BoA) al mercado, un año antes, ocasionó una pérdida gradual de pasajeros en la aerolínea: de 1 millón de personas en 2008, cayó a 500.000 en 2011.

La situación de AeroSur recuerda la debacle del Lloyd Aéreo Boliviano, la antigua compañía estatal, saqueada por una privatización realizada de forma ilegal y dolosa, y que hoy se encuentra virtualmente extinta, luego de haber sido la aerolínea bandera durante tres cuartos de siglo. Tras su quiebra, AeroSur se firmó como la más importante empresa de aviación en el país, pero ahora no pocos especialistas predicen su final en un futuro próximo.

Los motivos para que AeroSur llegara a esta situación no son del todo claros. Por un lado, el Estado acusa a los ejecutivos de la compañía de malos manejos administrativos y evasión de impuestos, acumulando una suma prácticamente impagable en la actualidad, ya que se habla de una deuda de más de 400 millones de dólares por este concepto. Por otro, los accionistas de la aerolínea sostienen que el Gobierno ha saboteado a la empresa para llevarla a la quiebra y así monopolizar el mercado.

Mientras tanto, ya van miles de pasajeros afectados, que no pueden viajar ni tampoco obtienen la devolución de su dinero por parte de AeroSur. Con sus rutas internacionales canceladas (incluyendo Santa Cruz de la SierraMiami, la más rentable de la empresa, con ganancias de 50 millones de dólares anuales) y el 100% de sus ingresos retenidos por el Gobierno para el pago de sus deudas, la compañía aérea se precipita a la quiebra sin que exista solución aparente.

Foto: Mathieu Marquer (Flickr)


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