Con pérdidas de 1,5 mil millones de reales (cerca de 750 millones de dólares), la aerolínea brasileña Gol sigue creando estrategias para disminuir el perjuicio económico registrado en los últimos años. De esta vez, los directivos de la empresa han establecido polémicas medidas, como premiar a los pilotos por ahorrar combustible y la recomendación de no utilizar los reversores de empuje.

Hace ya un tiempo que Gol viene tomando una serie de medidas para paliar el millonario perjuicio de las últimas temporadas. A la dimisión de funcionarios, disminución del número de sobrecargos, cese de rutas aéreas y reducción de vuelos, acciones anunciadas hace un año, se sumaron todavía en 2012 medidas impopulares, como el corte de servicios como el de comida y agua (esta última solo servida en caso de que el pasajero lo pida) en los aviones. Asimismo, la compañía cerró la aerolínea Webjet, que había adquirido en el 2011.

En esta ocasión, las medidas anunciadas por la empresa brasileña van mucho más allá, poniendo en duda la seguridad de sus vuelos, aunque los ejecutivos de la compañía aérea aseguran que no habrá pérdida de calidad en el servicio y mucho menos problemas que pongan en riesgo a los pasajeros. La idea de los directivos es ahorrar cerca de 1,9 millones de reales por mes (casi 1 millón de dólares), de los cuales más del 40% serán distribuidos entre pilotos y comisarios.

La propuesta de los ejecutivos de Gol es simple: como el 43% de los gastos de la compañía corresponden al combustible, lo que se pretende es reducir en 40 segundos la duración de cada vuelo, lo que ahorraría unas 700 toneladas de querosén por mes. Eso sería posible desactivando los reversores de empuje y reduciendo la altitud de manera directa en los aterrizajes (y no de forma gradual), logrando rutas en línea ‘más recta’ (con autorización de los centros de control aéreo) y mejorando la puntualidad, evitando que las aeronaves pierdan tiempo en el suelo.

Algunas de las medidas de Gol ya son utilizadas por compañías de otros países, como Lufthansa, que sin embargo no ofrece bonos por razones de seguridad, evitando que los pilotos basen sus acciones en motivos económicos. Sin embargo, tanto la aerolínea brasileña como la Agencia Nacional de Aviación Comercial (Anac) de ese país aseguran que no habrá riesgos. Con un cuadro de 1.600 tripulantes y 3.200 comisarios, Gol es una de las más grandes empresas del sector en Sudamérica y maneja decenas de destinos en Brasil y en el continente. Resta saber si los pasajeros recibirán bien los cambios propuestos por la compañía.

Foto: avión de Gol en Puerto Alegre, por Eduardo Parise (Flickr)


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