Distante tan solo 7 km de Recife, capital del estado de Pernambuco, en Brasil, la ciudad de Olinda es sin ninguna duda una de las más hermosas del Nordeste de esta nación sudamericana. Considerada Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, es una de las ciudades coloniales mejor preservadas en todo el territorio brasileño.

Fundada en 1535, la ciudad dispone de muchos monumentos y construcciones importantes, como es el caso del Fuerte de San Francisco (conocido también como Fuerte Montenegro o Fuerte del Queso), cuyas murallas alojan dos antiguos cañones sobre bases de granito y que proporciona una linda vista de la Playa de San Francisco. A su vez, el Farol de Olinda se erige en la cima de un cerro, con una construcción de 42 m de altura que se puede recorrer mediante un ascensor instalado en el interior.

En el centro histórico y en diferentes barrios, bonitas construcciones encantan al turista que recorre las calles olindenses. Como ejemplo, se puede mencionar el Coreto da Praça da Preguiça, construido a fines del siglo XIX; los Sobrados Moriscos, cuya arquitectura de influencia árabe y balcones de madera encantan a los visitantes; y las Ruinas del Senado, edificio del siglo XVII del cual solo ha restado un pedazo de la pared externa del frontis.

Prosiguiendo con el itinerario, es recomendable visitar la Caja de Agua y Ascensor Panorámico, que permite una vista maravillosa de la ciudad; el Observatorio, construido a fines del siglo XIX en conmemoración al pasaje del Cometa de Olinda, el primero en ser  descubierto en Latinoamérica, en 1860; y el Nascedouro dos Peixinhos, conjunto arquitectónico levantado en 1874 y que hoy contiene un centro cultural deportivo.

También las iglesias forman parte del patrimonio de esta fantástica ciudad, destacándose especialmente la Catedral da Sé, la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de Guadalupe, el Monasterio de São Bento, la Iglesia de San Sebastián, la Iglesia de San Pedro Mártir y la Iglesia de San José de los Pescadores. En otro orden de cosas, vale la pena conocer el Mercado da Ribeira, construido a fines del siglo XVII y con características coloniales y venta de artesanías.

Otros sitios para conocer durante la estadía en Olinda son la Bica (Canalón) dos Quatro Cantos, la Bica do Rosario y la Bica de São Pedro, todas con más de 300 y hasta más de 400 años de existencia. A su vez, el Huerto d’El Rey, segundo jardín botánico brasileño (1811), asegura buenos momentos de esparcimiento, mientras el Trencito lleva los visitantes a recorrer los principales puntos turísticos de la ciudad, en 2 km de trayecto.

Uno de los principales centros culturales de Brasil, esta ciudad pernambucana también es famosa por el Carnaval de Olinda, que cuenta con muñecos gigantes, fiesta de calle y ritmos como el frevo (típico del estado). La orla marítima también está entre los mayores atractivos, con 9 km de extensión y siete playas (como la Playa del Río Dulce y la Playa del Barrio Nuevo) en las cuales se puede disfrutar de una exquisita gastronomía, música bailable y, por supuesto, mucho sol, arena y mar.

Fotos: Olinda, por Lyssuel Calvet (las dos primeras fotos) y Alcaldía de Olinda (todas en Flickr)


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