Habitada por pescadores y recolectores de conchas, la Isla Puná es uno de los más pintorescos y exóticos destinos de Ecuador. Está localizada a tan solo 1 hora y media de Guayaquil y es muy rica en fauna y flora, habiéndose convertido en un lugar buscado por los amantes de la naturaleza y la aventura, que pueden todavía disfrutar de playas tranquilas y semidesiertas.

La Isla Puná, que cuenta con cinco manglares y debido a ello y a su gran biodiversidad es área protegida, se encuentra en la provincia de Guayas, en medio al Golfo de Guayaquil, a 61 km de la mayor metrópoli ecuatoriana. Desde allí se llega por vía terrestre a la parroquia de Posorja, donde se puede tomar una lancha en el malecón para llevar a cabo la travesía, en un recorrido que suele durar alrededor de 30 minutos.

Cuatro son las comunas turísticas existentes en la isla. En el Estero de Cauchiche, por ejemplo, el turista podrá apreciar la fauna y vegetación del lugar. En Subida Alta, existe un lindo mirador desde donde es posible visualizar toda la belleza de la región. En Bellavista, el atractivo queda por cuenta de sus cabañas y ecocampamentos. Además, al igual que en Estero de Boca, allí se observan las costumbres propias de los hogareños de este sitio del sur ecuatoriano.

Antiguo lugar donde se asentaron los punáes, la isla es por ese mismo motivo una importante zona arqueológica que hasta los días actuales conserva vestigios de los ancestrales isleños, que hace siglos resistieron incluso la invasión de los incas. Es posible ver, por ejemplo, una gran escultura que representa a dos lagartos que a su vez forman un altar de sacrificios o elementos de la cultura huancavilca.

En cuanto a la oferta gastronómica, Isla Puná dispone de cabañas en las cuales se puede saborear los platos típicos de la región, preparados con base en camarones, conchas o carne de chivo, con un costo de $3 a $5. Al margen de las deliciosas frutas encontradas en el lugar, como la chirimoya y el melón, el visitante puede admirar los delfines, gaviotas, pelícanos y cuervos, especialmente usuales en los islotes Los Farallones, justo frente a la isla.

Con 46 guías turísticos, la isla está bien preparada para recibir a los turistas deseosos de disfrutar de los encantos naturales del lugar. Quienes estén en busca de fiesta y diversión, pueden optar por los cruceros ofrecidos por la región, pero también se cuenta con paseos a caballo o en bote por los manglares, pesca vivencial, camping y senderismo, además de los juegos de playa, ya que son más de 14 km de costa con arrecifes y diferentes balnearios. Personas interesadas en el turismo comunitario tienen en Isla Puná una buena opción durante su estadía en Ecuador.

Foto: Isla Puná, por Rinaldo Wurglitsch (Flickr)


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